EL CAMAFEO

Terso como la bruma,
en su pecho descansaba
el camafeo.
Los propios dioses
se lo dieron, 
y era a veces azul,
a veces algo muerto.
Sobre su pecho resplandecía
-cielo atrapado-
el camafeo.
Y era 
estancia abierta
rendija en el universo.



Foto: Imágenes de Google

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