LA HORA AMARGA

Conozco los nombres 
que te dí
a través de los siglos
y ninguno es el nombre
por el que te llamo.
Ahora, 
seis, hora preciosa,
preciso instante
en que te recuerdo,
mientras tú duermes
el sueño inalcanzable
del que se sabe amado.
Y yo, 
en la soledad infinita
de la hora amarga,
asolo el vacío
cubriéndome 
con tu memoria.



Foto: MaríaLuisa Oliva. 2013

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